Hasta momentos antes de escuchar la sentencia, el imputado sostuvo su inocencia y su defensor, Mario Ruiz, pidió la absolución. La fiscal de Cámara Consuelo Ailaga Díaz había solicitado al tribunal que se lo condenara a 18 años de prisión a lo que adhirió la querella.   Stadelman fue hallado culpable de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego".   En el juicio, el tribunal fue unipersonal y estuvo a cargo del vocal de la Cámara Criminal y Correccional de San Francisco Alejandro Acuña.   En la última jornada del juicio, antes de los alegatos se escuchó el último testigo, una empleada de la heladería Grido que hay en las cercanías del lugar -bulevar 9 de Julio al 200, en barrio Sarmiento- en donde se produjo el ataque de arma de fuego que luego le costó la vida a Palacios.   La mujer dijo que escuchó una explosión como si fuera un disparo, y cuando salió lo vio al joven caído el cual tenía la remera y la campera totalmente ensangrentada por lo que pidió que se llamara a una ambulancia.   Tras este testimonio, el juez le cedió la palabra a la fiscal Aliaga para pronunciar su alegato. La acusadora pública demoró más de una hora para analizar las pruebas del expediente que revelaban la participación de Stadelman en el ataque.   Por su parte, el querellante particular, el abogado Pablo Daniele, en pocas palabras intentó apuntalar los dichos de la fiscal y adhirió en todos los términos a la pena solicitada por ella.   Finalmente, el abogado Ruíz, intentó desvirtuar lo expresado por la fiscal. Para el defensor su asistido no estuvo nunca en el lugar y puso como ejemplo que "si dejó de trabajar a las 19, ¿cómo hizo para llegar a su casa que dista 11 kilómetros del lugar en donde trabajaba, asearse, cambiarse de ropa e ir al lugar en donde lo atacó a Palacios?".   "Además, los dos mecánicos de moto que declararon demostraron que era imposible soltarse del manubrio de la Honda CG y disparar con ambas manos un arma de fuego", agregó el abogado de Stadelman y solicitó que se lo absolviera por el beneficio de la duda.